Por derecho serás siempre el más ilustre de los mares
Te muestras silencioso y mortal, como un desierto
A cientos de pueblos diste alegrías y pesares
Bajo tu espuma sigues guardando innumerables secretos
De media centena de ninfas los griegos te hicieron hogar
Acompañaste a Eneas y Ulises en sus viajes
Viste a romanos y cartagineses por tu dominio la vida dar
y a muchos condenaste a tus eternas profundidades.
Has visto a la humanidad avanzar y te has reído de ella
Viendo las vidas pasar, como barcos sin rumbo fijo
Muchos son los que te dedicaron canciones y poemas,
más los que conquistaste con tus olas y tu hechizo.
Me has visto crecer, como hombre y escritor
También naufragar, sin faro donde situarme,
sin un puerto donde atracar.
Te he oído hablar con la arena, quizás del amor
mientras veía a la lluvia tratando de acariciarte
y al Sol haciéndote sonrojar
Y después de tomar parte en tan relevantes hechos
y en tantos otros que pasaron desapercibidos
sigues haciéndote notar, rugiendo a unos metros,
como el más antiguo y surcado de los mares conocidos
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