Pasan trémulas las horas;
nada más surge en mi mente
que un básico instinto urgente:
te necesito aquí y ahora.
Cualquier otra necesidad es poca;
tengo hambre de tus besos,
recorrer tu cuerpo entero
y saciarme de tu boca.
Por ti pierdo la cordura.
He de satisfacer mi desenfreno,
acariciar tu piel desnuda
tocar contigo infierno y cielo.
Pienso solo en abrazarte
y hacerte presa de mi agonía
Cientos de horas de amor darte
Encadenar noches y días.
Y perdone Dios mis deseos impuros
ruego a Cristo ante la cruz
mas ni un instante dudo, estoy seguro,
quedé cegado por tu luz.
Por tu risa y tus cabellos,
por tus labios, tu cintura,
por tus ojos, muero en ellos…
por tu alma, ya no hay cura
No hay comentarios:
Publicar un comentario