Han pasado dos meses desde que el capricho
de Dioses y corrientes me trajo hasta esta isla
Al fin sucedió todo como Casandra predijo
De mis tierras no hay nada, cayó mi pueblo maldito
Fuimos a la deriva durante tres semanas
hasta tierras cercanas tener a la vista
Vírgenes eran ellas según nuestros mapas
Nuestra vaga esperanza de retornar se deshizo
Aquí nos lamentamos y yacemos los restos
de la inexpugnable Troya, antes bien temida,
Ahora por un sincero y mortal amor vencida
Tan letal que fundió su orgullo con fuego
y hierro el infinito ejército de los aqueos
Brilló la Luna llena de sangre en el cielo
No deben quedar las batallas entre titanes en el olvido
Sobre todos se elevó Héctor, del rey Príamo hijo
Fuerte no sólo de brazo, sino de corazón e ideales,
hasta que desgarró su corazón el mirmidón enfurecido
El Pelida Aquiles, con espada y determinación tales
que ni entre ríos, flechas, lanzas, muros y troyanos
conseguimos detener su segador avance, no en vano
luchamos contra el más divino de los mortales
Con él cayo la hermosa Ilión tras diez años de asedio
Exterminada su gente como antes los acadios.
Los que huimos cobardemente guiados por Afrodita
perdemos nuestra llama, como un lirio se marchita
Aún lloramos en silencio, destino triste y sin remedio
Este cruel y agonizante naufragio
No hay comentarios:
Publicar un comentario