Siento vértigo
a ese inacabable precipicio
que es el olvido
para mi temeroso corazón.
Quizá conmigo
sea como fue antes con las horas
muertas, la historia
de ellas ferozmente prescindió.
¿Será testigo
alguien de la muerte en vida
que son los días
en los que pierdo la razón?
¿Me recordarán
tal vez como, de forma amarga,
los surcos de tu espalda
recuerdo yo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario